Hoy ha empezado otro verano más. Después de diez meses de trabajo, estrés, papeles por aquí, papeles por allá, los estudiantes somos libres: podremos substituir ese "no puedo quedar, tengo exámenes" por un "claro que puedo, hoy no tengo nada que hacer". Es la satisfacción y el placer del fruto del esfuerzo, de la faena bien hecha.
El verano es una época que se tiende a echar de menos durante todo el año. Ni la Navidad, ni la Semana Santa pueden superarle. Ningunas vacaciones nos satisfacen tanto como las de verano, porque en los dos casos que he mencionado sabemos que un día u otro habrá que volver a la rutina. En estas también habrá que volver, por supuesto, pero el tiempo que nos dan de descanso es incomparable. Y no sólo el tiempo en horas, días, semanas y meses, sino el otro. El del sol, el calor que nos pide a gritos un chapuzón en la piscina o en la playa. Los mediodías en restaurantes, las tardes con los amigos, los momentos con la persona que amas, el frescor y la música de la noche. Sea lo que sea, pero disfrutar. Disfrutar sin impedimento ninguno, porque ninguna diversión es comparable a la que vendrá estos dos meses y medio.
¡Feliz verano a todos! :)
-Crispitina30.
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